a lo expuesto en la lección anterior: esto no hace insuficiente la Revelación General per se, no la denuncia como cosa deficiente, antes al contrario denuncia nuestra deficiencia y nuestro pecado. Porque nuestra ceguera constituye la única respuesta que, para vergüenza nuestra, somos capaces de ofrecer ante la Revelación General. Es, pues, en términos de esta respuesta deficiente a la Revelación General que, queramos o no, estamos dando a lo largo de toda nuestra vida, como hemos de interpretar la
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